La fraternidad Corsa

Pues aquí seguimos, alejados de la mano de Dios. Porque no hay ferry, no. No hay tren, no hay avion, no hay turistas, aunque para mi esto sigue estando lleno de guiris.No me importaba demasiado este problema al principio, pues la verdad es que no soy quien para juzgar porque se manifiestan ni como lo hacen en este pais. Pero es que esto de estar incomunicados del resto del mundo pues no parecía traer muchos problemas...hasta ayer.

Pues estaba yo en clase tan feliz, tan despejado, tan lleno de plenitud en toda su extensión, pues me había levantando temprano y había tenido que subir to el monte pa ir a clase, cuando entraron en el aula 6 personas anunciando que iban a a bloquear la universidad para unirse a la huelga de todo que hay aquí. El profesor no dudo y tan pancho dio por terminada la clase 5 minutos después de empezar.Que bien, cuanta fraternidad entre todos y que poquita libertad, porque digo yo que el derecho a huelga es eso un derecho y no un obligación. En el caso de ser obligación, por favor decirlo antes y no madrugo.Pero lo mejor de todo llega cuando una chica de clase me dice que la gente está comprando de todo y se están acabando las cosas de las tiendas.

Ahí no es nada. Pues en el tiempo que se tarda en decir ahí lo llevas o lo llevas colgando y no se te cae, estaba yo en casino, que tenía que comprarme un tendedero para la ropa y no vaya ser que se agotarán. La verdad es que el casino había de todo excepto en la parte de refrigerado que estaba prácticamente vacío. Eso si encontre una oferta de 24 yogures naturales muy baratos y eran los últimos yogures que quedaban (eso sí marca casino).
¿Y que debía hacer en esta situación?
Pues seguir los consejos de mi abuela Pascua:

-Hijo tú todo lo que veas que necesites lo compras, no vaya a ser que pases hambre.

Y claro los compré, junto al tendedero y 12 rollos de papel higiénico, pues el rollo de los fondos de cohesion con los belgas ya no cuela. Aún así he decidido esconder mi comida en lugar seguro y no mencionar a nadie lo de los yogures, pues en caso de hambruna isleña, me los puedo comer con el azúcar que afano de la cafetería de la resi.